Medidas económicas

Carmen Calvo, que fue ministra de cultura y nos dio anécdotas gloriosas como la de confundir el “dixit” latino con los ratoncitos de los dibujos animados, afirmó con contundencia que “el dinero público no es de nadie” y se quedó tan fresca después de decirlo. La frase refleja con claridad la manera de entender las inversiones públicas por parte del PSOE en particular y la acción de gobierno en general. En Andalucía tenemos el sangrante caso San Telmo que es una vergüenza política y económica desde cualquier punto de vista. La faraónica obra para mayor gloria de Chaves y de Griñán; no sé si saben que las obras dependen de Economía y no de Cultura como parece lógico y Griñán era consejero de este ramo hasta que lo eligió el parlamento como presidente. San Telmo es un monumento al despilfarro y a la inutilidad, ...

...no es otra cosa que un ejercicio de megalomanía propio de las taifas más atrasadas, en eso Andalucía no cabe duda de que está de las primeras; lo anterior no quiere decir que no se tuvieran que hacer las necesarias obras de restauración de la parte monumental pero no este nuevo Escorial.

Viene a cuento lo anterior para dar cuenta de una noticia que, en los tiempos que corren, supone una verdadera afrenta a tantos miles de españoles y, claro está, andaluces que no tienen nada, ni el subsidio de paro. He leído con estupor que la vice, la de verdad, María Teresa, se ha gastado diez millones de euros, más de dos mil millones de pesetas en ropa, pensé de inmediato, porque la cifra no puede ir muy lejos, pero no, no es de fondo de armario de lo que hablamos, se trata de unas “obrillas” en la Moncloa. A esta señora que tiene un gusto especial por ir a África para bailar con las aborígenes no le importa gastarse 63.800 euros en cambiar el mobiliario de su despacho. Sí, he dicho 63.800 euros. Esta claro que los muebles que había fueron destruidos por un feroz huracán o, mejor, no eran lo bastante para esta señora tan anoréxica cuanto postmoderna. Estos muebles no me gustan nada, que los cambien gritó con la misma determinación del personaje de “Alicia”: ¡Qué les corten la cabeza!, pues eso, que les corten la cabeza, a los muebles, insisto, ya que no puede conseguir que se la corten a la oposición.

Sentada en su nuevo y remozado despacho, la “apóstola” de los pobres, vamos a darle gusto a esta línea de feministas radicales y trasnochadas dándole una patada al idioma, dispone que se instale una nueva climatización que ha costado la tontada de 509.000 euros. Así se está mejor para ver crecer desde el ventanal los “brotes verdes” de la recuperación económica que está aquí aunque la derecha no quiera verlo; por eso, como ya está aquí vamos a gastar a manos llenas y que el que venga detrás que arree. No les importa endeudar al país por años, tampoco que el sistema de pensiones corra riesgos ni que el paro siga galopando.

El mecanismo es sencillo, a seguir dando subsidios y a esperar que alguien nos saque del pozo, da igual, alguien y mejor Obama con el que nos sentimos muy identificados. Verá, señora, la política es una noble actividad al servicio de los ciudadanos. No, de ninguna manera, la política, apostilla la vice, la de verdad, es el ejercicio omnímodo del poder para siempre. Oiga, que eso no es muy democrático. No importa que lo sea, lo que importa es el siempre, el siempre, el destino eterno de los triunfadores. Nada importa, todo vale para mayor gloria de Rodríguez y su banda.

Claro que para conseguir tan loable propósito hay que conocer muy bien los tiempos y los mensajes, hay que sacar pecho y hay que reconocer que lo anterior lo hacen como nadie. Nada de principios, nada de ética, el poder, su erótica, el placer de mandar, de ahormar las voluntades, de educar en el pensamiento único, el mío; ahora, eso sí, desde esta inmensa habitación redecorada por quien se cree que tiene tanto gusto, el gusto es suyo y el disgusto de más de cuatro millones de parados.

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