La pasarela de Rodríguez


Los romanos se atribuían el mérito de haber llevado al género satírico a su más alta expresión frente a los griegos que, con pleno derecho, consideraban a la tragedia de su propiedad. Los norteamericanos, a su vez, son los dueños del espectáculo. Quienes hemos vivido años en aquella nación-continente y lo hemos hecho desde lugares privilegiados para la observación lo podemos corroborar. Todo es un gran montaje y la política no podía ser una excepción; y no de ahora sino casi desde el nacimiento de su república tras la guerra de la independencia.




Espectáculo y sentimientos, imágenes y frases cortas, luces y colores, globos al cielo, música, actores y actrices, pasarela y alfombra, allí es normal, aquí no tanto, pero el PSOE de Rodríguez aprende pronto y no hace ascos a todo lo que le pueda dar votos y más en una situación como la que vivimos. Se ha criticado el musical de días pasados, no voy a entrar en esa senda, quiero explicar, si me es posible, la razón de tanta fanfarria y de tanto ministro y ministra travestidos de modelos por unos minutos, vieja y nueva guardia unidas en la transmisión de la nada optimista, del vacío envuelto en celofán de colores, de la palabrería hueca con sonrisa de payaso bobo pero simpático.




Allá va el garbo y donosura de la vice, allá el atuendo frailuno del de Educación, como le corresponde, la pijez, permítaseme el palabro, de Bibiana, tan inane por dentro como por fuera, el gesto adusto de quien no tiene ni la menor idea de economía, y así hasta la llegada apoteósica del dúo, Rodríguez y Sonsoles, imagen de hermanos, casi clones el uno de la otra y al revés. Claro está que para muchos esta es una percepción demagógica y falaz y consideran el colmo de la naturalidad, de la elegancia y del tronío a este gabinete; allá cada cual, esa es la verdadera libertad.




La pasarela de ministros era el coro de diseño para transmitir una imagen juvenil, dinámica, ágil, frente al vacío de los contenidos; aquí está la clave, le cambio una imagen por un pensamiento; de lo segundo no tengo, pues nada, déme de lo primero, de eso sí, hasta reventar. Allá iban para cantar las glorias de Rodríguez y les garantizo que funciona, lleva funcionando cinco años llenos de desastres objetivos y de mensajes subjetivos, impresionistas, mal articulados pero con muy buen rollito, de eso se trata de tener buen rollito, la realidad es otra cosa, aburrida, llena de colas de parados, de autónomos que cierran; de eso se trata, de vender que papá Rodríguez vela por todos. La sociedad española es muy dada a engatusarse con cualquier fruslería que les suene bien, es, guste o no, una sociedad posbarroca en la que la imagen vale más que el contenido.




Rodríguez articuló sonidos y poco más, alzó la voz en su universo mediático para proclamar dos cosas, la recesión ha pasado ya aunque no sepa ni pueda dar un dato al respecto, pero suena bien, a qué sí, a que es mejor creerlo que rebuscar en los contenedores de basura, o, para ser exactos, seguimos rebuscando pero con la ilusión de que esta pesadilla se acabará muy pronto. El segundo ¿mensaje? La nueva ley que va a sostener todo lo sostenible; eso no se lo cree nadie pero queda muy bien y los ecologistas y la izquierda extrema se pone como una moto. La nueva ley que va a cambiar el modelo de producción en un país donde no se produce, donde se trabaja muy poco porque la cultura dominante es la de los derechos y no la de las obligaciones, un país con un paro estremecedor, con una educación por los suelos y con una investigación que es para echarse a llorar por las esquinas.




Ya lo sé, es mejor el jazz y los presentadores idiotizados que hacen preguntas idiotas y se lo llevan calentito pero ojo y cuidado, así se ganan votos a espuertas y no hay que subestimar una estrategia que les está dando magníficos resultados.

La Baraca de Rodríguez

Estoy seguro de que a Rodríguez lo que más le puede molestar es tener algo en común con Franco, ese señor bajito del que Garzón, el pasmo de los jueces, pidió el certificado de defunción para estar seguro de que no lo mandaba fusilar desde su tumba en el Valle, siempre es bueno asegurarse; pues bien, Rodríguez tiene en común con Franco una cualidad que se llama “baraca”, es una palabra del árabe marroquí que en su sentido estricto es don divino que poseen algunos elegidos; en uso más coloquial significa buena suerte y a fe que Rodríguez tiene baraca; mira que con la que está cayendo, con el crecimiento del paro, con la crisis rugiendo como marabunta por las callejuelas desoladas de la necesidad, con el déficit, con la corrupción de socialistas que se han presentado como ejemplos de honestidad en la gestión municipal, con el Alacrana; en fin, con un gobierno de chiste si no fuera tan dañino para la sociedad española, con un gobierno dando tumbos, vamos, como para estar por los suelos en las encuestas y nada, no hay manera, el PP se lo pone muy fácil.




Llevamos meses con todos los focos centrados en Valencia, en Madrid, en Costa, en Camps, en Aguirre, en Cobo, en Gallardón, y un día y otro y otro, crisis del PP, crisis del PP, mientras, Rodríguez desaparecido probándose la corona mural, el manto bordado con eles de laico y la nueva varita mágica de la demagogia, el equipo de la señorita Pepis para Europa. Rodríguez no se caracteriza por su valor, para dar la cara están el de Interior, un diablillo que es, con sus mentiras, sus escuchas, sus pasteleos, y la vicepresidenta, la de verdad, no la plañidera que sigue gritando ¡machista! Veo a la vice algo descompuesta pero será sólo una apreciación, ella sigue adelante con ese rictus de desprecio y soberbia que se le va acentuando hasta hacer de la cara mueca y de cada palabra una maldad; mientras que estén estos dos y alguno más que se añade según conviene, Rodríguez a lo suyo, es decir, justo a lo que no es de todos.



Es imprescindible que en el PP haya orden, disciplina y unidad, como es normal en todos los partidos que aspiran a gobernar y no a vegetar en la oposición; pero, claro, el PP olvida con enorme facilidad que tiene a la inmensa mayoría de los medios de comunicación en contra y que, pongamos un ejemplo, si a Rajoy le sale un panadizo y Rodríguez se parte una pierna, la noticia es esa leve inflamación de un dedo del presidente del PP, está es la purita verdad y lo demás son tonterías. Cualquier percance del PP se eleva a categoría máxima y cualquier desastre del PSOE se minimiza hasta casi desaparecer; de manera, que a aplicarse, a ser una piña y a hacer oposición con lo que le interesa a los ciudadanos; a los díscolos y a las díscolas se les aplica el reglamento de manera estricta y vamos “p´alante” que no está la magdalena para tafetanes.



Si yo fuera uno de los familiares de cualquiera de los marineros del Alacrana estaría poniendo velas a todos los santos, sólo de pensar que, en teoría, le corresponde a Exteriores, es decir, a Moratinos, llevar la negociación, no me cabría la camisa en el cuerpo. La diplomacia española es la que es, nada de nada, ridículo sobre ridículo, Moratinos un inútil con dilatada experiencia de inútil; a esto se le añade Garzón, otra vez, el diablillo de Interior y una señora adusta, seca, que no habla porque no se le vaya a estropear el futuro, que ella va para presidenta, el trío de la bencina, para echarse a temblar, para salir en manifestación que es lo que han hecho las familias y muy bien, mejor que bien, que si no gritan acaban los marineros como Cervantes en Argel, ahora no les quedará más remedio que trasladar a los piratas, vaya numerito con que si uno de ellos es menor, si no lo es, llévatelo tú, no, yo no, y, claro, pagar. Lo podrían haber hecho hace muchos días y ahorrar sufrimiento a mucha gente.

Una pregunta

En una tertulia de hace pocos días planteé una pregunta retórica referida a los Presupuestos Generales del Estado en particular y a la política económica en general: Si todos los expertos de prestigio y todas las instituciones económicas coinciden en que la política económica de Rodríguez está equivocada, qué le mueve a seguir adelante.

Creo que la respuesta a esta pregunta es importante en el actual contexto de desempleo, caída del consumo, incremento desorbitado de la deuda pública, crisis en suma. Sabemos, porque ya llevamos un quinquenio de declive general, que Rodríguez no se caracteriza por su humildad. Es un ejemplo acabado de sectario; es decir, persona fanática e intransigente de una idea. El fanatismo no admite matices, es estólido, es incapaz de aceptar el error, esa posibilidad no existe en su estructura mental y Rodríguez une a lo anterior el populismo más primario pero efectivo a la hora de vender una realidad que es un placebo, y funciona de la mano de los domesticados medios fieles y serviles al gobierno.

La política económica del ejecutivo, según el gobernador del Banco de España, nombrado por el gobierno por cierto, gasta más del cincuenta por ciento de lo que ingresa. Esta evidencia tiene un nombre, ruina, estamos instalados en la ruina y Rodríguez convencido de que hace lo mejor. Es muy peligroso tener de presidente del gobierno a un mesiánico de ignorancia oceánica. ¿Todos los expertos están equivocados? No por cierto, pero tampoco hay que pensar que Rodríguez no tenga sus planes.

La palabra social es la clave, el mensaje muy sencillo. Con la derecha cavernícola los pobres serían mucho más pobres, con el PP el paro sería infinito; sin embargo, aquí estamos nosotros se dirá a sí mismo, en la soledad de ese palacio gafado que se llama Moncloa, el nieto de Pablo Iglesias. Todos están equivocados menos yo, el único que sabe lo que le conviene a…, cómo se llama, me lo sé cuando tengo que hablar en público, pero aquí, en privado, en este silencio, no, no me acuerdo, es una palabra que no me sale, es el nombre del país, vade retro, lo de nación.

La palabra social es el principio y el fin, estamos con los pobres, los descamisados, por eso vamos a subir los impuestos. Oiga, que el IVA lo pagamos todos. Imbécil, no me venga con tonterías, no me estropee la foto paternalista de presidente experto en “pobreza controlada”, el IVA y lo que haga falta subo yo, menudo soy. Los pobres, los pobres, esos son mis votantes, esos mis fieles, yo los acaudillo, yo los comando, los dirijo, yo, yo, yo…

Nada de bajar impuestos, nada de plantearse reformas consensuadas del mercado laboral, nada de incentivar el trabajo, el esfuerzo, nada de eso, tranquilidad, serenidad, subvención, papá Estado, papá Rodríguez, que no se puede comer en chiringuito, pues se come en la arena un bocadillo de algo pero sin trabajar, esa es la cultura que impulsa este gobierno y este sistema educativo que, por supuesto, ni es sistema ni es educativo.

Rodríguez piensa que ya tirarán los demás, que ya nos sacarán del pozo esos países tan lejanos a sus planteamientos políticos, que hasta 2012 queda tiempo, eso, tiempo, boqueando fuera del agua resiste con inyecciones de demagogia, aguantar y me recuperaré, esa es la explicación a la pregunta inicial.

Ningún especialista, salvo los de la corte que le rodea y le adula, cree en los presupuestos presentados como motor de una recuperación imaginaria, nadie cree en las medidas de parche presentadas como remedio al paro galopante. Todo se fía al trabajo de los demás, al de los otros países europeos. Creo con toda convicción que hay que remontarse a Fernando VII para encontrar semejante cúmulo de desastres e incapacidad en un (des)gobernante.

Aquí no pasa nada

Se inició el curso político con más de lo mismo, más de miles de tragedias personales, las de los hombres y las mujeres que se incorporan al paro, la de los autónomos que tienen que cerrar sus empresas, tragedias con nombres y apellidos, lo más opuesto a la abstracción. Se inició el curso político con la marcha de algunos que fueron ministros; sobre todo ese señor tan alegre e ingenioso, sí, Solbes, al que le atribuían unas cualidades que yo no he visto por ninguna parte. Un funcionario de manguitos y visera sin capacidad de reacción, con muchas contradicciones, demasiadas.

Se inicia el curso con Rodríguez solo, eso dicen los comentaristas políticos. No creo que, caso de que la esa soledad exista, le importe demasiado. Rodríguez, Atila para los suyos, ha apiolado a históricos y menos históricos. El presidente malhadado no se conmueve, él mira por encima de la prosa diaria, él está tan alto, tan alto..., sus ojos se dirigen a un socialismo de los mil años, el paro y la crisis no son relevantes en un proyecto que pretende ser infinito y que está apoyado en la impecable trayectoria democrática de Chávez y Morales, faros de su política de populismo analfabeto.

El presidente no ve matices, su ejercicio de simplificación de la realidad es extraordinario. Se trata de encontrar una frase para cada caso, una frase sencillita que se expande hasta llegar a una sociedad que, lamentablemente, tiene un nivel educativo en ruinas cutres, que no gloriosas. La frase debe ser, sobre todo, populista; debe ser irracional pero muy emotiva. No le falta talento demagógico ni capacidad para presentarse, en este caso, como una víctima del capitalismo más salvaje.

Rodríguez es muy, muy bueno y estaba dedicado a hacernos muy felices, iba apretando el nudo de la esclavitud con medidas que nada tenían que ver con la realidad, medidas muy progresistas; rodeado de un gabinete de diseño y de inmensa inteligencia intelectual, pactando a cencerros tapados con los extremistas, o con cualquiera que dé los votos suficientes. ¿Ética? ¿Cómo? ¿De qué me habla? Se le cruzó la crisis. Lo primero, negarla; lo segundo, huir, buscar culpables, yo no he sido dijo el niño al lado del jarrón roto, eso es España hoy, un jarrón roto que, además, no se ha pagado; eso sí, refrendos independentistas, todos los que ustedes quieran, y más, hay que distraer, hay que desviar la atención como sea, al precio que sea.

No son los recursos retóricos desconocidos, muy al contrario, son centenarios, se trata de encontrar un chivo expiatorio, ahora le toca a la banca. Rodríguez es el padre de todos los parados, el dispensador de 420 euros y tantas otras cosas; claro está que todo es mentira y que, con diferencia, es el peor gobernante en décadas aunque cada uno tiene lo que se merece y él ha tomado el pulso a extremistas y a millones de españoles. La subida de impuestos no afectará a todos los sufridores de las clases medias y seguiremos peor, situación que favorece los gobiernos personalistas con tendencia al caudillismo aunque se vista con lenguaje democrático.

Mucho trabjo queda por hacer. Hay que sacar del armario la palabra regeneración y aplicarla en todos los órdenes. Cuarenta años, sí cuarenta, desde el Libro Blanco de Villar Palasí, son muchos, y el sistema educativo se ha ido cayendo poco a poco. El PSOE es el gran responsable. En paralelo, la abdicación que han hecho las familias de sus obligaciones, el crecimiento de una sociedad débil que no quiere trabajar; en fin, todo eso que los progres de vía estrecha llaman catastrofismo y que la tozuda realidad muestra y demuestra cada día. La gestión de Rodríguez es nefasta y no es cuestión de lucha de partidos, es incapacidad de la persona que huye de los problemas y se cubre con la capa de la más burda demagogia.

Una vez más, el español agredido

El personaje se acerca al precipicio y al narrador se le ofrecen dos posibilidades; una, que se despeñe y quede hecho un amasijo de vísceras allá en el fondo del abismo; otra, ágil, con movimientos gráciles de los brazos, inicia el vuelo y se demora en hacer giros y vueltas, ochos y tirabuzones. La primera posibilidad es la más verosímil, la más lógica, pero nos encontramos en el terreno de la ficción y podemos hacer lo que nos venga en gana y es más agradable volar que despeñarse. Creo que en esto estaremos casi todos de acuerdo; digo casi porque siempre habrá sádicos que prefieran la sangre y el golpe seco.
Desde hace cinco años vivimos en España una ficción escrita por el presidente del ejecutivo acompañado por una serie de amanuenses que repiten al dictado y multiplican en las radios, en las cadenas de televisión y en los periódicos, de manera directa o, mejor, por medio de voceros, la buena nueva de que España vuela con alas de modernidad incomparable, con impulso único en el mundo, con felicidad permanente. El mensaje es muy agradable y adormecedor. Millones de españoles duermen arrullados por la nana del pensamiento único. La realidad es otra cosa, pero estamos, lo recuerdo, en el mundo de la ficción y el color azul celeste, llamado purísima, lo digo por aquello del vuelo, es mucho mejor que el negro, esa sombra insondable e infinita que encoje el corazón. Hay crisis pero como es universal nos consolamos. El paro se desboca pero como ya lo hemos tenido antes, nos consolamos. España aparece en los últimos lugares en todos los niveles pero qué sabrán los extranjeros de nuestras cosas; así que nos seguimos consolando. Todo aquel que ose alzar la voz es lanzado a las tinieblas exteriores del silencio y del desprestigio.
He escrito algunas reflexiones sobre la realidad española y, de verdad, me hubiera encantado emplear otro tono pero servir a la verdad, con toda la honestidad posible, tiene un precio bastante elevado que hay que aceptar. Mis opiniones son sencillas y, creo, que bastante asumibles por los ciudadanos normales entre los que me incluyo.
La ley más importante de cualquier democracia es la Constitución y se supone que debe ser respetada; de no hacerlo, la democracia pierde calidad hasta quedar en una caricatura y, muy importante, se pierde la certidumbre jurídica base del ordenamiento legal. Según la Constitución el idioma común de España es el español. No hay que ser legislador para llegar a esta conclusión. Se trata lisa y llanamente de poner por escrito lo que es uso e historia. Todos los españoles tienen el deber de aprenderlo y el derecho de usarlo. Hasta aquí nada especial en una nación normal pero España, no lo olvidemos, vuela hacia un horizonte maravilloso donde el presidente del ejecutivo reparte juguetes y caramelos a los niños buenos.
En el País Vasco, en las Baleares, en Galicia, en Cataluña y hasta en Valencia se ha desarrollado una política lingüística en defensa del conocimiento y de la difusión de la otra lengua que se habla en estos territorios. No hay nada que objetar desde un punto de vista científico, incluso sentimental; cosa diferente es desde el punto de vista de la normal evolución del uso, pero no entraré en este terreno. Acepto como filólogo que las lenguas de estas zonas de España se estudien y se difundan y, es más, me encanta que así sea.
Lo lamentable es que la difusión de estas lenguas, normalizadas de manera artificial, se realice, en algunos casos, desde el odio y el desprecio al español al que se ataca porque estas políticas permiten desarrollar conciencias nacionales y, sobre todo, lo importante de verdad, vivir como dioses a los nacionalistas de mente estrecha y bolsillo ancho para recoger dineros sin cuento y privilegios muchos. Empresas editoriales, plazas de profesores, campañas de publicidad, medios de comunicación; son ya demasiados intereses económicos los que exigen seguir en este sendero hacia el horizonte de pequeños países, dominados por una oligarquía que se mira el ombligo , se pasma con el campanario de su aldea y vive a lo grande del resto de los territorios.
El parlamento de Cataluña ha aprobado una ley de educación o, mejor, de adoctrinamiento en la que la Constitución se pisotea y van… El español queda reducido a la mínima expresión en los horarios escolares. Nunca he negado a los nacionalistas su claridad, pese a las tácticas dilatorias que usan según el momento; pero la claridad es meridiana en el texto de la ley, artículos 9, 11 y 16. La única lengua reconocida es el catalán y en ella se educan y educarán, quiéranlo o no, los alumnos de cualquier nivel educativo. La Constitución queda reducida a la nada pero, ¿quién protestará? El ejecutivo desde luego que no y si lo hiciera, sería con la boca pequeña, muy pequeña.
No hay democracia sin respeto a la ley, será otra cosa, un ir tirando, un mirar para otro lado. España, en materia lingüística, es una anomalía, un caso digno de estudio. El gobierno de Montilla usurpa, además, las funciones de control del estado, en lo que se refiere a la igualdad y a los derechos de los ciudadanos; porque, en el fondo y en la forma, de eso se trata, en Cataluña y en los territorios donde estas políticas se apliquen, hay ciudadanos de segunda, a los que se arrebata una parcela muy importante de su libertad, la de elegir la lengua en la que crearán el mundo, cuando, tienen la posibilidad de crearlo en dos idiomas. De nada sirven las sentencias, ellos, a lo suyo, a ir perfeccionado un régimen que guarda la fachada del voto.
La democracia no es sólo votar en fecha prevista, es mucho más, es una manera de ser y de estar. Las lenguas son instrumentos claves para que la cultura democrática sea sana y en España la persecución del español, que hay que llamar a las cosas por su nombre, es una tragedia para los ciudadanos, nunca para el español que goza de una envidiable salud.

La traducción simultánea

Y llegó julio y un manto de aparente relajo dominará la vida cotidiana; muchos inician sus vacaciones y otros se ponen a medio gas, o a cuarto de gas, pero la actualidad nos sigue deparando momentos gloriosos que nos llevan a la risa y también, sin duda, al bochorno.
El maestro Mingote ha renunciado a hacer su colaboración en ABC el día 28, domingo. Se dibuja a sí mismo dando un paseo con las manos en los bolsillos del pantalón y el lápiz enfundado en el de la camisa, huérfano y desamparado, lápiz sin su cotidiana ración de ingenio. El texto lo aclara todo y merece la pena reproducirse: “La imagen de un ministro del gobierno español escuchando a través de auriculares la traducción del discurso de un parlamentario español en el Senado de España es tan ridícula, grotesca, sandia, estrafalaria y estúpida que no hay la menor posibilidad de hacer una caricatura que la supere”. No tiene desperdicio, como siempre.
Son cinco los calificativos que utiliza el artista y se queda corto pero el espacio es el que es. Ya sé que los argumentos de autoridad no están de moda, al contrario, y que como en la novela de Márai, es la hora de los necios y de los que no están preparados para nada, es la hora de la conjura de los incapaces, es la hora de la gran novela de Kennedy Toole pero sin su humor. Es espantoso estar en manos de indigentes intelectuales que están llevando a la nación a la ruina. Nos vamos a enterar el año que viene cuando nos suban los impuestos del IRPF, nos vamos a enterar y mientras, a despilfarrar.
Desde hace años se celebra una sesión en el Senado con luz, taquígrafos y traductores. En principio, si se tratara de reconocer la existencia y vitalidad de las lenguas vasca, gallega, catalana y valenciana, no voy a entrar en la polémica del catalán y del valenciano porque sería muy largo, no estaría mal; si se tratara de ensalzar la riqueza lingüística de España, vale, todo lo que sea dar lustre a las lenguas sea bien recibido, reconociendo, sin dudas ni vacilaciones, que el español es la única lengua común y la que se usa en todo el territorio, mal que les pese a algunos, la que nos une, la que es obligatorio conocer y enseñar sin trabas ni limitaciones en toda España.
Por desgracia esta sesión del Senado en el antiguo edificio, con su magnífica colección de pintura y su soberbia biblioteca, no tiene este sentido; para la mayoría es como una revancha, como un te vas a enterar, aquí estamos en plan de igualdad, beligerantes, dispuestas a acabar con el imperialismo de la lengua de Cervantes. Esta hostilidad es la que hay que reprobar, la que hay que rechazar enérgicamente sin concesiones a posibilismos de situación. En determinadas cuestiones no se puede ni se debe ser débil o, lo que es peor, memo o, lo que es peor, oportunista.
La lengua española, lo he escrito muchas veces y nunca me cansaré de hacerlo, no se impuso, se extendió, y lo hizo de manera natural, con el consenso más alto que se puede tener, el del uso libre de los hablantes que, en muchos casos, eran y son bilingües sin traumas de ninguna especie. Sólo en breves periodos algunos descerebrados se han opuesto al uso de las lenguas particulares de las regiones españolas; insisto en la escasa cantidad de cerebro de quien así piense, escasez sólo superada por los que impiden que se enseñe español en libertad.
El drama ha sido ceder ante la reescritura de la historia de las lenguas dentro de la reescritura general de la historia. Esas regiones sojuzgadas, esclavizadas, sometidas la imperio de los españolistas, pobrecitas mías, empezaron a sacar cabeza del pozo hace bien poco y enfrentándose a los gobiernos que le han puesto todas las trabas habidas y por haber. La sarta de mentiras se ha convertido en doctrina oficial en una España donde se estudia el riachuelo más pequeño de la nacionalidad o comunidad pero no se enseña a todos el río Ebro. El proceso ha sido lento y seguro. El daño está hecho y será muy difícil llevar oxígeno y verdad, sobre todo, verdad, a las nuevas generaciones, felices en su ignorancia. No hay que desesperar, las medidas tomadas en Galicia son esperanzadoras y confío que en el País Vasco se vaya a la normalidad; no lo creo en Cataluña. No hay cosa peor que un acomplejado como responsable del gobierno, complejo doble, de ignorante y de emigrante, resultado, un converso, peligrosísimo, como se comprueba día a día.

Tres perlas: compatriota, presidente-presidenta, acontecimiento histórico planetario

El análisis de los discursos de los políticos y de las declaraciones de tan distinguidos cuanto vilipendiados personajes es una fuente inmensa de gozo para el filólogo, una verdadera copa de málaga extra añejo bebida a sorbos cortos en una buena biblioteca con un libro de Camba entre las manos, pongamos por caso el recientemente publicado Un año en el otro mundo. En toda ocasión el humor es imprescindible y en tiempos de crisis, o ¿eran pequeños reajustes?, mucho más necesaria la risa y hasta la carcajada que ambas desatascan el cerebro de malos humores y lo dejan muy fresquito.
No hace muchas fechas el presidente Rodríguez concedía una entrevista en una televisión y para darle más realidad y un ritmo más ágil se le formulaban preguntas por parte de los ciudadanos. El presidente posee un estilo retórico muy lastrado por su entonación, por el uso de estructuras oracionales muy largas y redundantes y, sobre todo, por la repetición cansina de los escasos contenidos, amén de una atmósfera general de cursilería que impregna su discurso. Cuando el ciudadano le hubo formulado la pregunta, el presidente, sin descomponerse, afirmó que le iba a contestar al compatriota. ¡Dioses del Olimpo, evitad la risa!.
Patria y patriota son palabras estigmatizadas en el léxico de la progresía no ilustrada, compatriota igualmente y, además, es palabra que no se usa apenas en el lenguaje oral. Sin embargo, Rodríguez la dijo, vale, no pasa nada, ¿se imaginan qué hubiera ocurrido si la misma palabra la hubiera puesto en sus labios el líder de la oposición? Seguramente fue un uso inconsciente del término o ganas de demostrar que donde dije digo, digo Diego, y que Rodríguez puede ser todo a la vez y al mismo tiempo; pero, al menos en el uso, ya sabemos que se siente parte de una patria, España. Repase el lector su evolución léxica, que no es otra cosa que su evolución mental, y verá lo que es un penoso ejercicio de travestismo y burda adaptación al medio en cada momento.
El presidente andaluz Griñán les pedía a las asistentes a un mitin o encuentro que también podían llamarlo presidenta. Muchas veces pienso que algunos creen que el ciudadano – uso, insisto siempre, el masculino genérico – es fácilmente impresionable o, lo que es peor y en lenguaje coloquial, al ciudadano se le puede tomar el pelo con una facilidad pasmosa. No me vale que ahora se diga que Griñán lo que quiso decir es que él es presidente de todos los andaluces, hombres y mujeres, peor me lo pones. Lo anterior es una obviedad de tal calibre que no merece dar patadas al idioma para tan poco rédito, ni siquiera en sentido figurado. Griñán presume de culto, es su debilidad o una de sus debilidades, y no está bien que sea tan romo; no es necesario ser tan desaseado con la lengua aunque lo hiciera para conseguir la ovación de un público que está deseando dar ovaciones con rumbo y largueza. Si quería aplausos, con repetir muchas veces que viva su partido ya estaba hecho.
La tercera perla de este collar de dislates engastado en demagogia tiene más sustancia y sonroja a cualquiera persona normal sea de la ideología que fuere. Sabemos porque nos lo han repetido hasta la saciedad que los jóvenes españoles son la generación mejor preparada de nuestra historia. Con esta afirmación se compadece muy mal el hasta ahora irreversible deterioro del nivel cultural y educativo de España; pero es parte del pensamiento único y basta.
Leire Pajín participaba en uno de esos desayunos donde el invitado no desayuna y se lanzó a impartir doctrina; nada especial, lugares comunes como el que la izquierda y la derecha representan dos visiones del mundo y otras vaciedades por el estilo; hasta aquí, todo normal; de pronto, sin avisar, proclamó: Les sugiero que estén atentos al próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta: la coincidencia en breve de dos presidencias progresistas a ambos lados del Atlántico, la presidencia de Obama en EEUU y Zapatero presidiendo la UE (…) una esperanza para muchos seres humanos. Dicho esto sin prorrumpir en sollozos de emoción por la altura metafísica de lo expresado, hizo como el valentón en el soneto cervantino dedicado al Túmulo de Felipe II – perdóneme don Miguel por citarlo en semejante contexto – : Y luego, incontinente / caló el chapeo, requirió la espada / miró al soslayo, fuese y no hubo nada.
El ridículo puede ser superado sin esfuerzo. Veamos la paráfrasis verosímil del texto. En el mundo hay dos seres únicos, privilegiados, elegidos, Obama y Rodríguez, dos líderes de la izquierda buenista, pacifista y todo lo –ista que quiera el lector. En los arcanos siderales los planetas van tomando posiciones hasta que el primero de enero de 2010 se produzca el alineamiento esperando durante milenios. Obama en EEUU y Rodríguez en la UE se abrazarán y empezará una nueva era planetaria llena de felicidad sin cuento. La sibila Pajín ha hablado.
No sé si elegir entre calificar el texto de fantasía, consecuencia de la ignorancia, palabras para engañabobos, peloteo descarado al jefe, ganas de hacer el más espantoso de los ridículos. ¿Se lo creen de verdad? Si es así, hay para preocuparse. O será para consumo interno, esperando con ansia que una foto de Obama y Rodríguez les haga ganar muchos, pero muchos puntos en las encuestas de intención de voto. Seguramente será esto y lo prefiero; me gusta más la imbecilidad manifiesta que la locura. Claro está que es la ciudadanía la que tiene respuesta a este pasarse varios continentes. Ya me he tomado dos málagas, me he carcajeado y sigo leyendo a Camba que es lo importante.

Brotes de impuestos

De las aguas mansas le libre Dios, que de las bravas me libro yo afirma el refrán, y con todas las reservas que se pueden poner a lo que se conoce como sabiduría popular, no es uno de los que más fallan. En efecto, esas personas de apariencia suave, como que van de puntillas y parece que nunca han roto un plato, son las que, en menos de un segundo, te pegan un corte en la yugular que te dejan sangrando como un guarro y con una cara de idiota que, mira que es mala suerte, morir así; para la última hora queda mejor una apariencia de que aquí no pasa absolutamente nada, una cara estoica, vamos, senequista, de escritor de humor inglés.
No me fío, no, de las caritas de pena, prefiero la mirada dura y por derecho, la que sabes que viene con la intención de un miura y, por lo menos, te da tiempo a encomendarte a algún santo de tu devoción. Es el caso de Elena Salgado, una persona de apariencia amable, eso, apariencia. Hay un dato de la vice de la vice que es poco conocido pero que ilustra bastante. Ocupó el cargo de lo que se puede definir como gestora o gerente del Teatro Real cuando estaba en restauración y ganó muy buenos dineros y despilfarró otros tantos. Ganó el PP y se puso a la incondicional disposición de los nuevos gobernantes sin empacho alguno; lo curioso es que el PP no la mantuviera en el puesto, que ya sabemos que el famoso complejo pepero en cultura es para escribir varios volúmenes con algunos apéndices, y es que no se enteran, pero hoy no toca ir por ese sendero.
Nunca me gustó la ministra, una intuición que nada tiene que ver con la política y que puedo aplicar a otras personas que no se mueven en la res publica; al fin y al cabo uno echó los dientes en una institución como la universidad, que ya se sabe la sibilina mala leche que se gasta; allí sí que los odios son eternos y las maniobras para destrozar al enemigo de tercera y hasta de cuarta y quinta intención.
Salgado ya descubrió sus cartas cuando la tomó con el tabaco y el vino. Vaya por delante que no fumo pero me parece cruel esta persecución hipócrita de los que lo hacen. Bien está que no se moleste al prójimo pero que se les trate como la Inquisición hacía los judíos y moriscos es demasiado. Esta señora, de maneras suaves en apariencia, se lanzó a degüello contra el tabaco. Siempre tengo presente que el primer diccionario de la Real Academia, el conocido como de Autoridades, se publicó con un impuesto sobre el tabaco; en consecuencia, algo bueno tiene el humo.
La misma saña puso en hundir la industria del vino y al vino mismo. Es curioso que se critique, y mira que han pasado años, a los puritanos de la Ley Seca, pues aquí tenemos a un ejemplar de esa fauna, le falta el cuello de encaje y los zapatos de tacón bajo, la Biblia en la mano, perdón que es laica, y el salmo en la boca. Miedo me dio.
Una característica de este gobierno y de la vice de la vice es que las palabras verdad y mentira no existen, son meras situaciones, momentos. Hoy toca el Plan E para rebañar unos números a este escalofriante y terrorífico tobogán del paro, en fecha preelectoral, claro está, que si no, ni caso; mañana tocan los brotes verdes, cursilada donde las hayas, aquí se dice hojas verdes o ramas verdes; pero más tarde o más temprano llega la hora de decir lo que el gobiernop sabía y se ha ocultado.
Nada de brotes, la crisis sigue y seguirá y por mucho tiempo, y para castigar a los que no han votado a Rodríguez, ahora, en calentito, te subo los impuestos del tabaco y de la gasolina, y la vice de la vice lo dice con candor de ursulina, con expresión de yo pasaba por aquí y, fíjate, qué cosas, pero que quedamos, que acabo la rueda de prensa y nos vamos de compras, que eso descansa mucho la tensión. No me voy a detener en el tabaco, pero subir la gasolina con la que está cayendo es una salvajada y Salgado, pues eso.

Fragmento apócrifo de Bibiana en el último Consejo de Ministros

Los niños y las niñas han sido malos y malas y los miembros y las miembras del gobierno que gobierna están muy cabreados y cabreadas y hay que ponerles un correctivo, así que se suben los impuestos para que los niños y las niñas vuelvan al buen camino del socialismo protector y jocundo, del socialismo de Rodríguez que está muy enfadado; por eso, nosotros y nosotras le vamos a hacer una fiesta laica muy bonita y va a cantar Sonsoles y le pondremos una piñata y seremos felices…

Las lecturas de unas elecciones

Cuando el rey felón, Alfonso XIII, después de haber apoyado el golpe de estado de Miguel Primo de Rivera, el dictador menos dictador que se pueda imaginar, y de haberlo borboneado según su costumbre, quiso volver a la normalidad constitucional como si no hubiera pasado nada de 1923 a 1930, y convocó unas elecciones municipales, se encontró con la desagradable sorpresa de que los republicanos ganaban en las grandes ciudades y, lo peor, que los monárquicos lo dejaban solo. En esta terrible situación para el monarca la guinda fue que el presidente del consejo, el almirante Aznar, a pregunta de los periodistas, respondió que España se había acostado monárquica y se había levantado republicana. Con amigos como ese no se necesitaban enemigos.

Ya no hay políticos tan torpes, diré en descargo del almirante que no era político en sentido estricto, era un cortesano que hizo lo que el rey le mandó con disciplina militar y no estuvo nada fino en sus declaraciones. Pasada la resaca electoral de las europeas y analizadas las declaraciones de los políticos, observo que todos han ganado y que todo el mundo está contento. Esta tendencia se ha convertido en norma general. Es claro que nadie quiere asumir derrotas y que el lenguaje permite todos los juegos malabares que la habilidad del orador o de su negro imaginen y algunos más.

El PP ha ganado las elecciones europeas, negar esta afirmación es negar la democracia, ni más ni menos. Poner en cuarentena la validez de las urnas es muy peligroso y que el presidente del ¿gobierno? califique los resultados de espejismo muestra que Rodríguez es muy demócrata si gana, si los ciudadanos le dan la espalda, huye mostrando su verdadera naturaleza, se esconde y no es capaz de enfrentarse a la realidad, salvo desde el sarcasmo y la bilis.

Rodríguez es un ejemplo acabado de doctrinario extremista, al estilo hispano, con nula base teórica, ecos de ecos de lo que dicen otros y, eso sí, mucha descompostura, sectarismo y visceralidad. El presidente no asume la realidad cuando le molesta, se cree sus propias mentiras y pretende que todos las crean en un ejercicio permanente de trágala, que nace de ese sectarismo originario que es su único atributo evidente.

No es la ironía su fuerte, no es el humor territorio donde transite con facilidad. Hay que reconocer que es hábil en el trapicheo de pasillos y en la descalificación. No puede admitir que después de haberse implicado en la campaña hasta el tuétano y hasta de haber afirmado la importancia de la cita electoral en clave de política española, ha perdido las elecciones. La consigna es quedarse inmóvil, hacerse el don Tancredo, imitar a Chaves, esconder la cabeza y esperar a que escampe; eso sí, echándole la culpa a cualquiera que le venga bien y negándose a admitir la menor responsabilidad en la tragedia que padecen todos los días los millones de desempleados que ven como su horizonte vital se opaca trágicamente.

Con los matices que se quiera es evidente que la tendencia del socialismo a perder elecciones se va afianzando y estoy seguro que a cencerros tapados esta evolución preocupa y mucho, hasta a la astróloga Pajín que busca en las cartas astrales conjunciones planetarias que iluminen el futuro. Ahora me voy a permitir predecir la táctica de Rodríguez y su ¿gobierno? para el inmediato futuro.

Primero.- La culpa de todo lo malo que ocurra es de la crisis que no han provocado ni han tenido nada que ver en ella.

Segundo.- El PP es responsable de la crisis porque son unos liberales insolidarios y neocapitalistas de chistera.

Tercero.- Van a seguir radicalizando los mensajes de que la oposición no mete el hombro.

Cuarto.- Seguirán distrayendo a la opinión pública con temas polémicos y que no tienen ninguna demanda social pero provocan encendidas polémicas que llenan páginas y, con ello, se gana tiempo.

Quinto.- Seguirán aumentando el déficit y la deuda con medidas populistas y nunca estructurales porque podrían ser impopulares.

Sexto.- Mientras, una vez que la crisis toque fondo, sólo podrá iniciarse la recuperación de la que nos sacarán los otros europeos, los que serán locomotora de la economía. Una vez que aparezcan síntomas leves de mejora desarrollarán una campaña brutal de propaganda.

Séptimo.- Explotar los seis meses de la presidencia española de la UE como otra gigantesca campaña de publicidad para mostrar lo importante que es Rodríguez. De la foto con Obama se harán cincuenta millones de copias que a modo de escapulario se regalarán a todos los ciudadanos, los tres millones sobrantes se guardarán como reserva por pérdida o deterioro.

Estos principios se resumen en uno: aguantar, aguantar y aguantar.

Ponerse las tetas, Aído, dixit

Vivimos en el estúpido e hipócrita reino de lo políticamente correcto y se ve muy mal usar el idioma con propiedad y justeza. Por ejemplo, veamos unas palabras para precisar el significado que quiero utilizar en este artículo: botarate, mema, ignara, frívola, cursi y pija.

Botarate: Persona de poco juicio.
Mema: Tonta, mentecata, simple.
Ignara: Que no tiene noticias de las cosas; añado, ignorante.
Frívola: Insustancial.
Cursi: Persona que presume de fina y elegante sin serlo.
Pija: Persona que en sus modales, lenguaje y vestuario, manifiesta gustos propios de la clase acomodada; añado, a la que pertenece de sobra.

Estos son los significados precisos en los que me voy a mover y quiero advertir que no son insultos, son palabras que sirven para describir. Las uso con esa función exclusivamente y desde la sencilla evidencia del comportamiento público de una persona dedicada a la política y, en consecuencia, sometida a la valoración y a la crítica. En este caso no me interesa para nada la persona como tal, me interesa lo visible, lo evidente, su actuación pública.

En todo ¿gobierno? Es necesario que haya ministros – cuando es necesario usaré el masculino genérico, recuerdo que las palabras tienen género y no sexo, cosa diferente es el uso sexista del idioma, pero claro, para saber esto, lo primero es saber y lo segundo es no ser demagogo – que se definen por ser incompetentes en la gestión y que dan materia, mucha materia, para la broma y el chiste. Rodríguez lo sabe muy bien, es experto en tretas y mañas de trilero; precisamente, por eso mantuvo a Moratinos, aunque con menos gas, y nombró a Aído, la estrella emergente del ¿gobierno? No son nombramientos gratuitos, es necesario desviar la atención, ahora más que nunca, del tema importante de verdad, la tragedia de más de cuatro millones de parados. Son necesaria ocurrencias para que los medios de comunicación se demoren en la actualidad hilarante y caricaturesca cuanto trágica porque dan idea del nivel, vaya nivel el del personal.

Procede de la recia estirpe del Clan de Alcalá de los Gazules, tuvo un ambiente familiar donde la política fue el centro y de la mano de su padre aterrizó en la res publica. La conocí como delegada de cultura de Cádiz y todavía está esperando la comisión de cultura del parlamento de Andalucía un video que nos prometió; en consecuencia, poco hay que fiarse de sus compromisos, por mejor decir, no hay que fiarse nada.

Después, la inefable consejera Rosario Torres, superviviente neta de los cambios de gabinete, no por su capacidad, sino por la carambola de que la misma Aído, que iba a sustituirla, fuera nombrada ministra, y ahora, porque a Rosa Aguilar le ha parecido la cultura poco pago para tan alta traición, vino en nombrarla responsable de ese ente misterioso, como todos los de la Junta, dedicado al Flamenco. Premió de inmediato a su pandilla con cargos de confianza y organizó un muy caro festival de flamenco en Madrid, lista que es, en las mismas fechas que otro de gran tradición. Fue ruinoso y con poquísima asistencia de público. Es que vale un potosí o dos.

Su padrino, Manolo, el Mejor Padre, se la presenta a Rodríguez y este la ficha para el ministerio de Igual Da y la lanza a la arena para que se la coman los leones. Como la ignorancia es atrevida, Aído se lo cree y se lanza.

La ministra levanta el mentón con la suficiencia que da la soberbia, mira retadora a la cámara, está encantada de haberse conocido y pontifica: las adolescentes pueden ponerse tetas y, en coherencia con la postura socialista, esas mismas adolescentes pueden abortar sin conocimiento de sus padres. En el cerebro de la ministra se establece un paralelismo perfecto; es lo mismo ponerse tetas que abortar. Días de gloria nos está dando Aído. No es menester que haga más comentarios.

Una vez examinadas las palabras que elegí y vistos los hechos, con indiscutible propiedad léxica y con clara incorrección política, vengo en describir a Aído, como un preclaro ejemplo de botarate, mema, ignara, frívola, cursi y pija. He de reconocer que han conseguido lo que se pretendía, que no se hable de los millones de parados, esto es lo triste y lo despreciable.

Prometo lo que haga falta

Llegado que hubo Rodríguez a la provincia de Sevilla, la nueva Roma de Cervantes, fue aclamado con pífanos y atambores muy de rojas telas revestidos. Sus secuaces le hicieron camino de honor y gloria que esmaltaban miles de pétalos de rosas rojas y todo era rojo, muy rojo, que es el color único del pensamiento único, aunque a muchos otros nos guste tan bello color, pero como no comulgamos con la misa laica no tenemos derecho a disfrutar de color tan encendido y apasionado según los administradores de la justicia universal y pontífices de la alianza de civilizaciones que, por otra parte, tan cara en euros nos sale.

Rodríguez el Iluminado, el culisilente, el demócrata a la fuerza, se crece entre sus fieles y se lanza por la pendiente del discurso, oídle: En Andalucía se iniciará el nuevo modelo económico. Y se queda tan fresco, tan desahogado, tan oreado, tan tranquilo, tan contento, pensando para su coleto, una mentira más qué importa, si ni yo sé qué es eso del nuevo modelo económico, pero todo sea por el abuelo.

El vice de la vice de la vice permanece, como siempre, impávido, a él que más le da lo que diga el fogoso líder si él ha conseguido permanecer en el poder sin moverse y sólo con jarabe de subvención y grandes y muy costosas campañas de publicidad llenas de palabras mentirosas y vacías. A ver si Griñán lo iguala, no, imposible, nadie maneja los tiempos de la nada como servidor.

Andalucía es la primera en el paro, la primera en fracaso escolar, la primera en destrucción de empresas y la primera en triunfo de la demagogia. ¿Quién se puede creer a estas alturas de la tragedia lo que diga el ignaro presidente? Muchísima gente y por razones muy diversas.

Una, que parece sacada del baúl de la tatarabuela, el PSOE es el partido de los obreros, de los campesinos, es la izquierda, frente a un PP de señoritos que se pasan en día en sus latifundios montados en caballos de pura raza y bebiendo champaña francés; todos, absolutamente todos los afiliados al PP de Andalucía viven así.

Dos, el miedo. El PSOE no os quitara las pensiones, ya, ya, sí, el PP gobernó y no lo hizo pero fue porque era la primera vez, que si vuelven, abuelo, abuela, que os quedáis sin nada de nada, que hasta os echan a la calle.

Tres, el no pasa nada. Hay paro pero no pasa nada, ya subirá el PSOE las prestaciones y seguiremos disfrutando de este sol y de esta calidad de vida, que, os repito, no pasa nada frente a esos alarmistas, aguafiestas, aburridos del PP que no hacen más que hablar de competencia, excelencia, productividad y otras sandeces por el estilo.

Cuatro, que si el PP gana despedirá a los cuatro o cinco que tengan trabajo en el momento en el que se celebren las elecciones.

Cinco, que es más agradable vivir en el nirvana de las palabras bonitas que enfrentarse a la realidad.

Seis, el PP es antiguo y polvoriento. Nosotros si que somos modernos con nuestra píldora y nuestro aborto.

SIETE, con mayúsculas, que las subvenciones y los pesebres seguirán por los siglos de los siglos, que esto es un régimen, es que estos tontos del PP se creen que es una democracia.

OCHO, la SIETE

NUEVE, la SIETE

DIEZ, la SIETE y no sigo…

El aguerrido presidente afirma sin conmoverse que el PSOE, con él a la cabeza, no ha mentido nunca, jamás ha ocultado sus responsabilidades; mientras, Carmen Chacón se esconde en un búnker que para eso es ministra de Defensa y que dé la cara la vice que manda mucho y que es como un muñeco de feria al que le tiran pelotas, a ella le da igual, como es delgada y elástica y tiene una mala uva que ni te cuento.

El público enfervorizado se cree en el fragor del entusiasmo que, en efecto, Rodríguez ha venido para traer a Andalucía el regalo de la recuperación económica, Griñán, más bien severo en el gesto y pedante, como siempre, en las palabras le sigue sumiso y obediente.

Ya lo sabéis, en Andalucía no hay brotes verdes, ha bosques de hoja perenne, sois los primeros, los mejores, los únicos, va memorizando Rodríguez de la chuleta por si falta hiciere seguir con el embeleco.

¡Cobarde!

Insultar está feo, muy feo, y no por ello el insulto deja de ser uno de los constituyentes más expresivos del idioma; claro está que insultar a lo tonto y a lo loco es una cosa y otra, muy diferente, insultar bien, haciendo todo el daño posible que es el fin último del insulto. Este segundo tipo de insulto es muy escaso, exige inteligencia y recursos de ironía y humor. Insultar en política está feo, muy feo, y no por ello la turbamulta, no demasiada en honor a la verdad, se lanzó a poner a parir al PP en Benalmádena en el pleno en el que se sustanciaba la moción de censura. Eran insultos primarios, toscos, aprendidos en poco tiempo, de fracaso escolar, redundantes, con Franco, siempre Franco, como recurso; en fin, unos insultos pedestres que no merecen el calificativo de tales, mejor, hay que considerarlos eructos, palabra con similitud fonética.

El insulto es un recurso y el lenguaje no puede abdicar de sus mecanismos más rentables como es el caso. Hoy no se insulta bien, nada bien. En la tradición parlamentaria española hubo épocas donde las señorías se ponían como chupa de dómine con sin igual gracejo y conocimiento del español, eran los parlamentos del XIX, de la Restauración y de la República. Se dirá que no hay tradición reciente, no tanto, no tanto, llevamos más de treinta años de democracia y se sigue sin hacerlo medianamente bien y es que la oratoria parlamentaria no levanta cabeza, la culpa, ya se sabe, de Franco.

De entrada existe un lugar común, la izquierda no insulta, es pacífica, es suave, es inteligente, razona, dialoga, medita, es culta; la derecha es cerril, ignorante, gritona, arriscada, cavernícola; este tópico se repite y se repite en los medios de comunicación. Ni lo uno ni lo otro. Los políticos se enfrentan y no pasa nada, absolutamente nada por dar color al idioma. Si alguien llama podrido al escándalo de la Plataforma Digital de la Música Andaluza por haber favorecido descaradamente a una empresa, uno de cuyos propietarios, hasta muy poco antes de recibir el regalo, era, quizás lo siga siendo, pareja de la Directora General del tema que me ocupa, cosa que no me importa lo más mínimo en lo personal, es, ponga aquí el lector cualquiera de los calificativos que enumeré arriba; pues no, nos encontramos con hechos probados que, políticamente, huelen a podrido y me quedo corto. Eso no es insultar es llamar las cosas con algunos de los nombres que se pueden usar.

El victimismo se da muy bien a la izquierda, se llamaba Bambi cuando llegó con sus ojos claros y sorprendidos, abrazado a un muñeco de peluche llamado Talante, llevaba años acumulando rencor, sentado en el escaño, sin hablar, sin chistar, esperando la ocasión de acabar con los suyos y con los del contrario. Mucha gente lo sigue viendo así, un Bambi inocente, frente a un señor con barba que les parece Zeus capitolino. El PP, por aquello de uno de sus complejos, rebaja la crítica y la rebaja y la rebaja hasta hacerla saldo inane. Mira que no escarmientan. Lo políticamente correcto es poner la mejilla hasta que te la partan y sangre.

La izquierda populista de Rodríguez no va por ahí. Insultan cuando les viene en gana para gozo de sus secuaces. Si se afirma, con los datos en la mano, que Rodríguez tiene sus modelos en Chavez, en Evo, en la momia laica de Fidel, en Colom, bajo capa de Obama, es insultar y ponga el lector el calificativo que mejor le venga de la lista anterior. No lo es, estamos ante una evidencia. Si llamo a Rodríguez iluminado es porque creo que ese significado le corresponde con propiedad total, un iluminado muy peligroso que sabe vender poco pan para hoy y mucha hambre para mañana, ese futuro del que nos sacarán los demás porque aquí, en el reino de taifas, hay más quietos que parados.

¡Cobarde! grito Rodríguez en el calor del mitin, cuando todos los sudores y olores se hacían esencia de fundamentalismo. ¡Cobarde! gritó el valiente parapetado entre los suyos. Los grados aumentaban por segundos y la carnaza lanzada a la arena de las mentes vacías retumbó como un trueno. Eso no es insultar, eso es nada, una broma. El charlatán se sintió importante entre los rugidos. Ya se sabe que la izquierda no insulta, que es culta, tolerante, amistosa…

Medidas económicas

Carmen Calvo, que fue ministra de cultura y nos dio anécdotas gloriosas como la de confundir el “dixit” latino con los ratoncitos de los dibujos animados, afirmó con contundencia que “el dinero público no es de nadie” y se quedó tan fresca después de decirlo. La frase refleja con claridad la manera de entender las inversiones públicas por parte del PSOE en particular y la acción de gobierno en general. En Andalucía tenemos el sangrante caso San Telmo que es una vergüenza política y económica desde cualquier punto de vista. La faraónica obra para mayor gloria de Chaves y de Griñán; no sé si saben que las obras dependen de Economía y no de Cultura como parece lógico y Griñán era consejero de este ramo hasta que lo eligió el parlamento como presidente. San Telmo es un monumento al despilfarro y a la inutilidad, ...

...no es otra cosa que un ejercicio de megalomanía propio de las taifas más atrasadas, en eso Andalucía no cabe duda de que está de las primeras; lo anterior no quiere decir que no se tuvieran que hacer las necesarias obras de restauración de la parte monumental pero no este nuevo Escorial.

Viene a cuento lo anterior para dar cuenta de una noticia que, en los tiempos que corren, supone una verdadera afrenta a tantos miles de españoles y, claro está, andaluces que no tienen nada, ni el subsidio de paro. He leído con estupor que la vice, la de verdad, María Teresa, se ha gastado diez millones de euros, más de dos mil millones de pesetas en ropa, pensé de inmediato, porque la cifra no puede ir muy lejos, pero no, no es de fondo de armario de lo que hablamos, se trata de unas “obrillas” en la Moncloa. A esta señora que tiene un gusto especial por ir a África para bailar con las aborígenes no le importa gastarse 63.800 euros en cambiar el mobiliario de su despacho. Sí, he dicho 63.800 euros. Esta claro que los muebles que había fueron destruidos por un feroz huracán o, mejor, no eran lo bastante para esta señora tan anoréxica cuanto postmoderna. Estos muebles no me gustan nada, que los cambien gritó con la misma determinación del personaje de “Alicia”: ¡Qué les corten la cabeza!, pues eso, que les corten la cabeza, a los muebles, insisto, ya que no puede conseguir que se la corten a la oposición.

Sentada en su nuevo y remozado despacho, la “apóstola” de los pobres, vamos a darle gusto a esta línea de feministas radicales y trasnochadas dándole una patada al idioma, dispone que se instale una nueva climatización que ha costado la tontada de 509.000 euros. Así se está mejor para ver crecer desde el ventanal los “brotes verdes” de la recuperación económica que está aquí aunque la derecha no quiera verlo; por eso, como ya está aquí vamos a gastar a manos llenas y que el que venga detrás que arree. No les importa endeudar al país por años, tampoco que el sistema de pensiones corra riesgos ni que el paro siga galopando.

El mecanismo es sencillo, a seguir dando subsidios y a esperar que alguien nos saque del pozo, da igual, alguien y mejor Obama con el que nos sentimos muy identificados. Verá, señora, la política es una noble actividad al servicio de los ciudadanos. No, de ninguna manera, la política, apostilla la vice, la de verdad, es el ejercicio omnímodo del poder para siempre. Oiga, que eso no es muy democrático. No importa que lo sea, lo que importa es el siempre, el siempre, el destino eterno de los triunfadores. Nada importa, todo vale para mayor gloria de Rodríguez y su banda.

Claro que para conseguir tan loable propósito hay que conocer muy bien los tiempos y los mensajes, hay que sacar pecho y hay que reconocer que lo anterior lo hacen como nadie. Nada de principios, nada de ética, el poder, su erótica, el placer de mandar, de ahormar las voluntades, de educar en el pensamiento único, el mío; ahora, eso sí, desde esta inmensa habitación redecorada por quien se cree que tiene tanto gusto, el gusto es suyo y el disgusto de más de cuatro millones de parados.

El fracaso universitario

El título genérico de este artículo me obliga a acotarlo porque el tema da para mucho, para muchísimo, y no son necesarios grandes estudios de campo y sesudos modelos teóricos para afirmar que la tasa de fracaso universitario de España oscila entre un 30 y un 50 por ciento y este dato es terrible; ya sé, ya sé que no es políticamente correcto utilizar palabras que se puedan tildar de catastrofistas; sería mejor decir que no es un dato satisfactorio, que, incluso, llega a ser preocupante, pero sin pasarse y, sobre todo, se afirmará que es una horquilla demasiado amplia, vale, acepto pulpo como animal de compañía, pero aunque fuera “sólo” de un 30 por ciento ya sería terrible.

Es mentir seguir utilizando calificativos que no se corresponden en absoluto con la realidad. Toda mi vida dedicada a la enseñanza en sus diferentes niveles y muy especialmente en la universidad me dan una cierta autoridad, por favor, no use tampoco esta palabra, está desprestigiada y no existe en el diccionario progre. Me da exactamente igual. Lo repito, me da cierta autoridad, siquiera empírica, para volver a afirmar que el fracaso universitario es terrible y es uno de los índices que muestra la situación general de la universidad que no es distinta de la deteriorada situación general.

Se llega a evaluar el coste de este fracaso en un 0.75 del PIB. El problema está ahí y las causas son diversas. No vale echar la culpa a otros pero es necesario desmontar algunas afirmaciones que se repiten como verdades cuando no lo son. Se acepta en el pensamiento único como un axioma que las últimas generaciones son las “mejor preparadas” de toda la historia. Seguramente son las que han tenido más facilidades y medios para formarse pero no son las mejores preparadas ni de lejos porque desde hace muchos años, más de treinta, las bases conceptuales de todo el sistema educativo son erróneas.

Por una cuestión puramente cronológica asistí al cambio de modelo educativo. Los pedagogos tomaron el poder en los despachos y desde allí con la comodidad de no bregar con el alumnado se dispusieron a dictar normas y principios que los maestros y profesores se dispusieron a aplicar con la mejor voluntad. No faltó idealismo en muchos profesionales que siguen con el reloj parado y defendiendo lo indefendible pero, claro, renunciar a estos principios es reconocer el fracaso de toda una vida.

Las bases se pueden resumir grosso modo en estas afirmaciones: nada de imposiciones, nada de disciplina, el alumnado es tu “colega”, tu “amigo”, que cada uno progrese según sus capacidades y sus deseos, los contenidos y la memoria son antiguallas de otro tiempo, la escuela y el instituto es un espacio para el “buen rollito”, etc. No es menester seguir. Como un castillo de naipes se vino abajo un modelo educativo que no era perfecto ni mucho menos pero que no era deleznable porque sí.

Como casi siempre, con retraso pero con pedante rimbombancia, se copió de lo que fracasaba en otros lugares. Entrando en mi campo, la enseñanza de la lengua española se llenó de términos vanos, confusos, se abandonó algo tan sencillo como aprender bien, insisto, bien, a leer, a escribir y, lo más importante, a comprender y a expresarse de manera adecuada y correcta, otras palabras que están estigmatizadas. Sin estos instrumentos básicos todo aprendizaje es vano; a la eliminación de los contenidos se unió los “experimentos” autonómicos de manera que no se tiene eso que se llamaba “cultura general”. Como ven son observaciones sencillas pero que nadie podrá negar a la vista de los resultados.

Destruida la primaria tocaba hacer lo mismo con el bachillerato que es la columna vertebral del sistema, una mala primaria lleva a un mal bachillerato y este conduce a una entrada penosa en la universidad que, por supuesto, no se libre de culpa ni mucho menos. Para curar una enfermedad lo primero que hay que hacer es reconocer que existe; en la práctica ese reconocimiento, previo a poner remedio, no se ha hecho. Claro está que el mecanismo no es inocente. Una sociedad sin preparación, una sociedad donde la educación no es la absoluta y más importante prioridad se parece mucho a un rebaño fácil de conducir. Continuará, no sé cuándo, pero continuará.

Imágenes, imágenes

Una imagen vale mucho más pero que mucho más que mil palabras; al menos en nuestra cultura y precisamente en estos días en los que celebramos al Libro, con mayúsculas, y recordamos a aquel manco capaz de crear la historia más notable que un ser humano haya imaginado jamás, aquel buen y desgraciado don Miguel; pues bien, estos días han sido y siguen siendo de imágenes; por cierto, espero a todos los movimientos feministas y los chicos y chicas de la subvención montando el pollo por la foto de portada de un diario muy conocido, referencia de progresía, que nos ofrece los traseros de Leticia y Carla; claro, como sus fotógrafos no tenían material de frente o perfil, pues nada, nos vamos a una imagen de alto interés documental. Nadie dirá nada, la ley del embudo, ya se sabe.

El nuevo-viejo gobierno central se ha puesto de fotos hasta “las cejas” pero no ha conseguido con tan intrépido ejercicio evitar que lleguemos a los cuatro millones de parados; cifra que nunca se alcanzaría según el Ministro de Desempleo y Paro, ese señor con tanta preparación que se permite reñirle al Director del Banco de España; oiga, puesto por Rodríguez, qué pasa ahora, que pica, pues ya sabe, el que se pica ajos come.

Otra foto es la de la vice de la vice, que aquí vice no hay más que una, suplicando entrar en el G-20, así como arrastrándose llorosa delante de los poderosos, es que nos va la vida en ello, no digo yo que no esté bien pertenecer al G-20 pero hasta el extremo de hacer este ridículo, pues tampoco. Esta señora es muy pero que muy peligrosa, es una conversa que quiere llevar a la hoguera de su inquisición particular a los fumadores y a los bebedores de buen vino; no quiero ni pensar qué haría con nosotros, los gordos adictos a la buena mesa; mejor que no lea la narración que del Auto de Fé de la Plaza Mayor, en época de Carlos II, hace Antonio Enrique en su última novela, “La espada de Mimaramolín”, que aprovecho para recomendar.

Del vice de la vice de la vice, Chaves Manuel, mejor no hablar, no existe, ni se le espera, como siempre, como corresponde a su natural impetuoso, no es ninguna novedad en un don Tancredo tan experimentado.
Más imágenes, el viejo, no me refiero a la edad cronológica, es una valoración política, que quiere ser nuevo presidente de aquí, no cuela, no cuela, es de recordar cómo dejó la tasa de paro, cómo quedó la Caja de la Seguridad Social, cómo fue el creador de los contratos llamados temporales pero en realidad basura, cómo es responsable de la gobernación o desgobernanza de los último años con su amigo el que sigue mandando desde Madrid, su compadre. Mucho pagarse de culto pero la cultura se demuestra y no con alguna frasecilla en la tribuna, gobierno o desgobierno, más de lo mismo, no cuela, no cuela.

Que me respeten, claro que sí, faltaría más, todo mi respeto para su persona como para cualquiera, pero abandonar el partido en el que se milita para pasarse a otro sin previo aviso, abandonar la alcaldía con lágrimas en los ojos, lágrimas de cocodrilo digo yo, porque nadie le ha puesto una pistola en el pecho para irse de Consejera, merece que se la llame por su nombre y muchos militantes de IU la habrán calificado de traidora a la persona y traición a la acción. La jugada hay que reconocer que ha estado muy bien diseñada. Es la única persona con nombre en IU, nos la llevamos y así nos llevamos también unos votos que se pueden transformar en escaños y de esta manera neutralizar al PP-A. Doña Rosa, empiece por respetarse usted.

Francia y su “grandeur”, un presidente que nos mira con la misma condescendencia que Merimée, un monarca agradecido, una modelo que canta bastante regular tirando a mal, eso sí, con mucho estilo, una princesa consorte muy lánguida y una reina rotunda, triunfadora en su traje rojo; mucho les queda a las dos jovencitas para alcanzar el estilo, el aplomo, la elegancia aprendida de la nieta del káiser Guillermo II. Nada, doña Sofía, ha dado usted un ejemplo de que la realeza no se improvisa, a lo más, las jóvenes han dado imágenes edulcoradas y un tanto cursis.

No, que no, que no es Cánovas

Los seres humanos tenemos tendencias, formas de expresión, maneras de ver las cosas que se manifiestan por medio de las opiniones, las de cada uno. Se afirma que en España o se va delante del clero llevando los cirios, o se va detrás de ese clero dándole en la cabeza con esos mismos cirios, es una manera de ejemplificar cierta tendencia al extremismo que, como en los movimientos pendulares, lleva de las posturas más tradiciones y conservadoras a las supuestamente más modernas sin solución de continuidad. No creo demasiado en los tópicos pero en ellos, pese a su visión deformada, existe algo de verdad en la mayoría de los casos.

El presidente Rodríguez ha decidido remodelar su gobierno, viene el pelo aquello de que “a la fuerza ahorcan”, no le quedaba otra. Un año después de las elecciones y el ejecutivo haciendo aguas por todas partes. Rodríguez es un presidente para épocas de mucha, mucha, mucha bonanza en las que no tenga que hacer nada más que sonreír y decir naderías con esa estulticia verbal que los dioses le han dado. Él no puede hacer frente a los problemas, no está en su naturaleza leve, él es un posmoderno que desconoce el sentido del término, un culisilente durante muchos años en los que fue afilando cuchillos para su venganza particular.

Ahora anda sonado, perdido, adulado por su camarilla tan perdida como él. Las cosas se han puesto muy feas, lo negaba, mentía, pero la realidad es tozuda y aquí están millones de parados. Solución, más deuda, hasta reventar, después de mí, el diluvio.

En esta remodelación, mejor crisis, ha sido cesada Magdalena Álvarez, que ocupó la cartera de Fomento, y a la que por adelantado expreso mi respeto personal. La ministra, pues conserva el tratamiento de manera vitalicia, ya es uno de los retratos de malagueños – uso el sustantivo genérico para no empezar a pegarle patadas al idioma; de manera que entienda el lector que digo malagueños y malagueñas – que forman la galería de los paisanos que han llegado a ser ministros a lo largo de la historia.

No es este un artículo político en sentido estricto y no voy a entrar en el análisis de su actuación al frente del ministerio; lo que está claro es que ha servido fielmente a Rodríguez pues, además del trabajo desarrollado, ha sido objeto de infinitas chanzas por su modo y manera de ser y de expresarse, con lo que el foco de las críticas le ha dado de lleno, tan de lleno que se ha ido quemando en estos años.

Una vez cesada se han publicado artículos y se han emitido opiniones por docenas; como es natural al tratarse de una persona de la vida política estas opiniones han sido para todos los gustos; desde las críticas más duras a los panegíricos, nada, lo normal, lo de siempre. No obstante, me ha llamado la atención de que se la compare con Antonio Cánovas del Castillo y que, poco menos, que se haya afirmado que la ciudad existe gracias a su gestión. Nadie razonable puede creerlo sin reír. La labor de un ministro es acabar lo empezado e iniciar lo programado, amén de aprestarse a nuevas empresas. Repásense las hemerotecas y se verá con la fiabilidad de las fechas que los proyectos que se atribuyen en exclusiva a su gestión tienen precedentes y coautores, lo que sucede es que la memoria es flaca, demasiado.

Desde el respeto que he expresado más arriba y que reitero, comparar a Álvarez con Cánovas es una barbaridad inimaginable para cualquiera que tenga conocimientos sobre el “Monstruo”, como lo llamaban por su extraordinaria capacidad oratoria, intelectual de primera fila, historiador eminente, el gran especialista en los austrias menores, el político español más importante del siglo XIX con diferencia, no seguiré porque escribiría un libro. Las ciudades suelen ser madrastras pero Málaga ha sido justa con Cánovas y su retrato preside el Salón de Espejos del Ayuntamiento, así como nos honramos con su estatua. Establecer comparativas con lo hecho en Málaga por Cánovas y por Magdalena Álvarez con más de un siglo de distancia es inadmisible desde todos los puntos de vista.

Bueno es tener ministros de la tierra y políticos que estén en las cocinillas del poder pero las cosas en su lugar porque de lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso. Estoy seguro de que a Magdalena Álvarez no se le ha ocurrido nunca compararse con Cánovas del Castillo, que lo hayan hecho otros, pues nada, a leer la biografía del creador de la Restauración del profesor Elías de Mateo, que está muy bien escrita y se aprende mucho; al fin y a la postre es sólo un problema de cultura.

Gana la libertad

Las elecciones gallegas y vascas han demostrado el fracaso del Plan Rodríguez que, no lo olvidemos, es la aplicación de lo que aconsejó en su día el hoy moderado y defensor de la energía nuclear, el presidente Felipe González, cultivador de bonsáis y hombre de negocios. No hay que olvidar que el sueño del PSOE es establecer en España un régimen como el del PRI mejicano que detentó el poder más de ochenta años. No lo olvidemos porque las memorias son débiles. La posibilidad de unir PSOE y nacionalistas para dejar al PP en la permanente marginación es el objetivo capital de una política acorde con los principios de un partido sin ideología, un partido utilitario que sólo desea el poder y más poder.

Pues bien, todo por los aires. También deseo recordar que la sociología no es una ciencia exacta ni mucho menos, es una ciencia humanística con números y que sus conclusiones son opiniones más o menos fundadas. Ya se sabía que...

...la abstención favorecía al PP y la participación al PSOE, mire por donde no. Ya se sabía que los votos del PP eran los de los pueblos, mire por donde el éxito se ha cosechado en las ciudades. Ya se sabía que un gobierno resiste dos mandatos, nada de eso, cuatro años y a la oposición.

Los gallegos no han aceptado, entre otras cosas, que se persiga al español y que se les quiera hacer tragar con las ruedas de molino de una historia INVENTADA. Los gallegos son gallegos; eso no quiera decir que cuando el PP lo haga mal no lo dejen de votar como debe ser porque esto es democracia. El triunfo del PP en circunstancias tan difíciles es más que notable y el nuevo presidente del gobierno gallego se puede y debe sentir muy orgulloso del trabajo realizado. Lo mismo para el presidente Mariano Rajoy, ahora a por las europeas.

La pelota la tiene en el tejado Rodríguez que no ha dicho esta boca es mía y que, seguro, tiene la permanente sonrisa aturdida y aturdidora, el verbo cursi y penoso, junto con el optimismo antropológico por los suelos y no debería estar así. El PSOE ha conseguido un gran triunfo en Vasconia y eso nadie lo puede negar y yo que me alegro porque es llegada la hora de la verdad. Se acabó, si el PSOE es capaz de estar a la altura de la exigencia del momento presente, a Vasconia puede llegar la libertad que es lo que los nacionalistas del PNV y sus compañeros de viaje han hurtado durante casi treinta años.

Que puedan expresar sus opiniones todos, los independentistas de ARALAR, los nacionalistas, los defensores de la constitución, todos menos los asesinos, todos menos los bárbaros. Los vascos son unos privilegiados, el resto de los españoles les pagamos gran parte de su bienestar, no es poca cosa, es hora de que por lo menos cada uno pueda defender libremente sus opiniones, no es mucho pedir.

Lo que me gustaría es que el PNV pasara a la oposición y que gobernara el PSOE con apoyos en el parlamento, ojalá, pero, quiero equivocarme, me temo que los socialistas no se atreverán y pactarán, no creo que con ese iluminado de Ibarreche pero sí con otro menos iluminado pero en el fondo de la misma especie. Una oportunidad histórica lanzada por la borda porque es claro que los nacionalistas no están en sus mejores momentos, manos mal.
Que sí que el PNV ha ganado en número de votos pero el tripartito ha fracasado con estrépito y el equivalente a IU, la Izquierda Hundida, eso, hundida.

Hay esperanza, ese es el mensaje, no es poca cosa. Rodríguez, alégrate y, por una vez, que te veamos a la altura de las circunstancias.

Manifestar(se)

Querido lector - uso el sustantivo genérico que nos asume a todos, lectores y lectoras - he aprendido y aprendo mucho en esos libros tan gordos que son los diccionarios; en ellos las palabras quedan fijadas nada más que por un tiempo, que el idioma es libertad y movimiento; en muchos diccionarios se recogen los significados en su evolución temporal como ocurre con el Diccionario de la Real Academia Española. Una de las virtudes de los buenos diccionarios es definir bien y no he encontrado mejor manera de empezar este artículo que consultando el verbo manifestar. Aparece con dos formas, como transitivo y como pronominal, manifestar y manifestarse.

Tiene cinco acepciones y me interesan tres.
La primera, declarar y dar a conocer.

El día 15 el PP de Andalucía declara en Málaga que no acepta que haya casi un millón de andaluces en el paro y creciendo, declara que le ha tendido la mano al gobierno andaluz y que lo ha hecho reiteradamente por boca de su presidente, Javier Arenas, que sabe mucho de resolver el problema del paro y que no ha recibido más que insultos por dar soluciones, que ya hay que ser sectario para negarse a recibir ayuda. Ya sabemos que los llamamientos a meter el hombro son de boquilla y con un solo afán, la propaganda.

El día 15 el PP de Andalucía da a conocer en Málaga a todos los andaluces, sigo con el sustantivo genérico, que tiene soluciones, que no hace brindis al sol, que está avalado por la gestión económica de los gobiernos populares desde 1996 a 2004, años en los que se crearon empleos como nunca se había hecho antes, precisamente con Javier Arenas como responsable de la cartera de Trabajo. El PP de Andalucía da a conocer que se siente orgulloso del trabajo que realizó y que está dispuesto y obligado a volver a resolver un problema que tiene nombres y apellidos, los de los que ven que el futuro se llena de incertidumbres, los que ven la necesidad no como una amenaza sino como una realidad. El PP de Andalucía da a conocer que no se resigna a esta situación y que una cosa es la crisis internacional y otra la nuestra, la de casa, la que ha desplomado el empleo como en ningún otro lugar y con una velocidad escalofriante mientras Rodríguez y Chaves se dedican a hacerse fotos, a mirar para otro lado y a echarle la culpa a Estados Unidos, vamos, típica política bananera sostenida en los medios de comunicación afines y en las campañas publicitarias.

La segunda, descubrir y poner a la vista.

El día 15 en Málaga el PP de Andalucía va a descubrir y poner muy claro con la voz de miles de personas, del PP y no del PP, personas que se identifican con el Manifiesto por el Empleo, las mentiras de Rodríguez y de Chaves. Los dos han ocultado la realidad, han metido la cabeza en el agujero como el avestruz, han sido y siguen siendo demagogos, han reducido la política a frases como que la economía es poco menos que un sentimiento, una pasión del ánimo. Rodríguez y Chaves esperan que alguien o algo nos saque de la crisis, palabra que no existía, era una pequeña desaceleración, un mínimo reajuste. Espero que la memoria de los andaluces no sea flaca y recuerden estas frases en las próximas elecciones.

La tercera, tomar parte en una manifestación pública.

El día 15 el PP de Andalucía sale a la calle, con esperanza, contra el paro, con el soberano derecho que le da la libertad de expresión. Ya sé que es algo que molesta. La calle es de la pseudoizquierda que nos gobierna, la falsa izquierda de los nuevos ricos, de los pijos de diseño, de los artistas y ¿artistas? millonarios, DE LOS HÉROES DEL PELOTAZO, de tanto cuento y tanta pamema, de tanto progresismo de salón, de tanta mentira acumulada; pues recuerde el viejo refrán de que el que se pica, ajos come. Mañana, como decían Tip y Coll, hablaremos del papel de los sindicatos. ¿Se imagina el lector si le hubiera tocado gobernar al PP con esta crisis cuántas manifestaciones y huelgas generales hubiéramos tenido? Claro está que con gobiernos del PP no nos hubiéramos librado de la crisis general pero sí del desastre particular.